sábado, 26 de diciembre de 2015

Último blog de 2015

Penoso que durante 40 días y 40 noches me ausenté de escribir este blog, pero la rotación en medicina interna drenó mi energía, por lo que al final del día me encontraba sin  poder moverme a escribir algo. Muchas cosas pasaron en esos 40 días, tuve la oportunidad de ver varias películas, de las cuales les contaré a continuación, tuve también oportunidad de tener mi primer recorrido en bicicleta por el Paseo de la Reforma y disfrutar la compañía de muy buenos amigos.

La primera película que vi después del último blog fueA walk in the Woods que fue traducido como "grandes amigos" por razones que quedan claras en la película, pero aún así es una traducción que está lejos de dejarme satisfecho. Fue una película que fui a ver con motivo de mi cumpleaños, no de primera intención, más bien como una opción ante las funciones llenas de la segunda parte de Sinsajo. La película superó mis expectativas. Reí a carcajadas en algunos momentos, y reflexioné profundamente en otros. La película trata sobre un escritor estadounidense que dedicó su vida a escribir sobre sus viajes, sin embargo, su producción literaria llevaba varios años estancada. Al notar que el mundo que lo rodea no va a esperarlo, sufre una crisis al comienzo de sus "años dorados" por lo que decide emprender la "Ruta Apalache", intentando encontrar algo nuevo para hacer, una nueva aventura. Su esposa se opone, a menos que vaya con un amigo, sin embargo su búsqueda no va bien, y la única persona que lo puede acompañar es un amigo de la juventud que es el opuesto perfecto de este pulcro escritor en forma. Juntos comienzan la "Ruta Apalache", que se extiende a cientos de millas, encontrando cada uno un nuevo significado de lo que antes pensaban que era la vida. Realmente la recomiendo. Como bono, fue divertido ver a Robert Redford 42 años después de El Golpe, otra película que recomiendo mucho.
Otra película que vi fue el blockbuster de Hollywood Sinsajo, parte 2. Una película larga que está bien para pasar el rato y que a momentos, puede hacernos un nudo en la garganta y hacernos pensar en que ese futuro distópico no se aleja tanto de nuestra realidad.
Finalmente, Star Wars episodio VII: El despertar de la fuerza. Vaya que me gustó esa película. Soy de los denominados die-hard fans de la saga de Star Wars, por lo que, como muchos, estaba muy preocupado al saber que la malvada corporación Disney metería su cuchara en la saga. Temía que se repitiera la lo que ocurrió con las precuelas: no son terriblemente malas, pero podríamos haber vivido sin ellas. Al llegar al cine y escuchar 4 veces que la sala era especial por su excesivo número de bocinas, se oscureció todo y vi aquellas letras azules en fuente arial: A long time ago in a galaxy far far away... seguido de la música de John Williams que tanto me ha cautivado. Al principio no me gustó mucho la cinematografía, tenía la firma muy clara de JJ Abrams: contrapicadas incómodas y acercamientos faciales extraños, pero después, a pesar de ello, la película no paró de encantarme. La música de John Williams cumplió mis expectativas, aunque se quedó corta a la hora de componer un nuevo tema para el villano, sólo se limitó a unas notas parecidas al Vesti la giubba de I Pagliacci de Ruggiero Leoncavallo. No diré más para no arruinársela a aquellos que no la han visto, aunque, un verdadero fan la debe de haber visto el fin de semana del estreno. Me encantaron los nuevos personajes y la incorporación de más diversidad en el reparto, como un escocés y un latino, ambos piratas espaciales.
 
 
Luego el paseo en Reforma. Nunca me he considerado una persona que disfrute del deporte, ni siquiera una persona apta para realizar actividad física, pero la fuerza despierta, puesto que recorrí 16 kilómetros en bicicleta y me sentí especialmente bien. Ayudó mucho la alegre compañía de mi novia y de varios amigos en común. En un momento hice algo muy estúpido, acelerando hacia una fuente en el suelo con la bicicleta, para ser rociado al instante por toda el agua de la fuente. Después disfruté de unas quesadillas deliciosas en Polanco, recomendaría el lugar, pero no recuerdo el nombre, pero sí recuerdo el lugar, a un par de cuadras del parque Lincoln...
Y bueno, la navidad ya pasó y tuve la suerte de haber estado en casa, habiendo tenido guardia del 23 al 24 y guardia de 26 a 27, libre el 24 a partir de la tarde y todo el 25, no estuvo nada mal.
Volviendo con el arte, conseguí el Atlas de anatomía de Netter en su versión para colorear, un pasamiento agradable, colorear con la compañía de alguno de los discos de mi colección, a la vez que repaso anatomía, una buena técnica para repasar anatomía para todo al que esté interesado.
Y bien, me despido con este último blog deseándole a todos mis lectores que disfruten de todos los beneficios de la vida y de numerosas bendiciones para el nuevo 2016.
Feliz Año Nuevo, hasta el 3 de enero.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Asesinato en los Alpes 3 y patitos a raudales.

La cuarta entrega, realmente la tercera de Asesinato en los Alpes ha llegado tarde esta semana por las tribulaciones de una complicada guardia de domingo, en la cual un gran número de pacientes se complicó e impidió que trabajara en esta historia. Descuiden, queridos lectores, puesto que en esta entrega sabrán quién fue el asesino. Sin embargo, antes de entregarles la última parte de la historia de misterio haré algunos comentarios. Primero, el lunes pasado, es decir el 9, tuve la oportunidad de tocar en público por primera vez en el año (una mala racha para mi alter ego el artista). Ofrecí un concierto didáctico para niños de primaria y secundaria de mi antigua escuela. No recordaba que fuera tan difícil captar la atención de una masa de puros niños varones de entre 6 y 14 años. En fin, yo me dediqué a tocar y a hacer los comentarios propios de un concierto didáctico, quien desease centrar su atención en el pianista fue libre de hacerlo. Noté que uno de los chicos estaba especialmente interesado, al final fue quien aplaudió con más ímpetu, al parecer logré inspirarlo a través de la música, por lo que el arte cumplió su objetivo. Luego, el viernes, las terribles noticias de que nuestro mundo está en guerra, se ha dicho ya demasiado al respecto, por lo que me limitaré a decir que tirar bombas en nombre de la paz es como comer hamburguesas en contra de la obesidad. En fin, les invito a recordar las palabras de John Lennon en su canción Imagine que Pablo Stanley plasmó en el siguiente cartón.
 
 
Cuando en el mundo se observa tanta violencia e intolerancia recuerdo una frase que puede desatar interesantes comentarios: "Si vale la pena matar por tu religión, comienza contigo mismo...". Las opiniones son muchas con respecto a todo lo que ha pasado, desde "rezad por París" hasta "no recen, la religión es el raíz de todos estos males, es hora de deshacernos de la religión". Con opiniones tan opuestas hay entre ellas un sin fin de puntos de vista, que a mi opinión se convierten en un bizantino vicio, usando la palabra bizantino en su tercera acepción: dicho de una discusión: baldía, intempestiva o demasiado sutil. Sabiendo esto reitero que discutir sobre cada opinión respecto a los hechos recientemente ocurridos en el mundo es como discutir sobre el destino del alma de un ratón que ha comido una hostia consagrada. En lo que sí se puede estar de acuerdo es que todos estos hechos son sumamente reprobables y nos permite ver como la humanidad está tan lejos de ser verdaderamente humana.
En notas más amables, hoy, por primera vez paseé en lancha por uno de los lagos de las secciones del bosque de Chapultepec, muy agradable, una experiencia que recomiendo ampliamente. Disfruté de la compañía de agradables patitos.  





 
Ahora lo que me gustaría hayan estado anticipando: Asesinato en los Alpes 3: la resolución.
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Todos continuaban mirando al Dr. Schezer de la misma manera, ya no como un ilustre cirujano, sino como un asesino a sangre fría, un personaje digno de novela de misterio. El silencio incómodo del pasillo sólo era interrumpido por el soplido de la helada ventisca invernal.
"No ha sido el Dr." dijo Johannes con mucha seguridad
"¿Cómo puedes decir eso?" dijo Diana con un grotesco aire de superioridad
"Siempre estuvo con ustedes, además, jamás escuché el sonido de sus pasos en este pasillo"
"Está intentando defender a su amo. Es un mayordomo de la vieja escuela, mentir y proteger la imagen del señor de la casa" dijo el abogado.
"Es la verdad" dijo Johannes con frialdad.
"Hay una forma de saberlo" dijo el Dr. Niffeneger en voz baja, como intentando validar su idea ante sí mismo.
"Peróxido" contestó su esposa, entusiasmada.
"Por favor explíquenme, dijo el abogado"
"No estoy muy segura de que pueda funcionar" dijo la esposa de Schezer "pero si alguien tiene restos de sangre en sus manos, el peróxido de hidrógeno hará un poco de espuma, así sabremos quién es el culpable."
"Eso se me hace absurdo, si el asesino lavó sus manos no hay forma de que funcione" dijo la viuda.
"Además, no creo que nadie tenga esa substancia aquí" dijo diana con rapidez.
"Estamos en la casa de un médico, cariño" dijo el abogado "seguramente tiene a su disposición un ánfora con la sustancia"
Johannes se movió hacia una de las puertas del pasillo, extrayendo un frasco de vidrio ocre, con una etiqueta que dictaba: H2O2.
"No va a funcionar" dijo Diana con insistencia "me niego a participar de tan ridículo experimento, esa cosa puede dañar mi piel"
"Cariño, es la forma de confirmar que Schezer mató al pobre profesor" dijo el abogado
"¿¡Confirmar!?" exclamó Schezer, con una voz firme y decidida, una voz nueva en toda la noche. "Aunque mi mano está llena de sangre, aseguro que a alguno de ustedes les saldrá espuma de las manos, yo no soy asesino... aunque sea cirujano" añadió al final, intentando aligerar la atmósfera al ver que su tono de voz fue demasiado agresivo, sin embargo, falló miserablemente.
Johannes abrió el frasco y colocó peróxido en sus manos. Las empapó del líquido, el cual sólo calló al suelo, mojando la alfombra y haciendo espuma cerca de una gota de sangre.
"Soy inocente" dijo Johannes
"O el estúpido experimento no funciona" dijo Diana de manera grosera.
A continuación la esposa de Schezer empapó sus manos de peróxido, sin que nada ocurriera.
En silencio lo hicieron los doctores Niffeneger, con el mismo resultado.
"Esto es una pérdida de tiempo, no va a pasar nada con nadie" insistió Diana.
"Te demostraré que sirve" dijo Schezer, mojando sus manos con peróxido, inmediatamente generando espuma, en sus manos aún ensangrentadas por haber tocado el arma homicida.
"Entonces eres tú el culpable" insistió Diana.
"¿Cómo serlo si acabo de tocar el arma homicida? Si a alguien más de este círculo le aparece espuma en sus manos, seré absuelto, de lo contrario seré condenado por un crimen que jamás cometí" dijo Schezer decidido.
La viuda mojó sus manos, nada pasó. A continuación el abogado: nada.
Quedaba Diana. Se negó rotundamente.
"Va a dañar mi piel, mi hermosa piel, ¿cómo ser una dama de sociedad con piel echada a perder?
"Por favor, amor, muéstrale a todos que eres inocente, no pasará nada con tu piel" dijo el abogado mostrando sus manos, ahora secas, sin ningún daño por el peróxido.
"¡No!" insistió, alejando sus manos del frasco.
"Limpiaré el nombre del doctor" dijo Johannes tomando las manos de Diana en un ágil movimiento, empapándolas en peróxido.
La viuda del profesor exclamó al ver cómo debajo de las largas uñas de Diana se formaba espuma.
Quizás el grito fue por saber quién fue el asesino, o por darse cuenta de que estaba, ella y todos los demás, atrapados con un asesino en un Chalet de los Alpes, con un cadáver en una de sus habitaciones, en la peor tormenta invernal en mucho tiempo...
 
 
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Hasta la próxima.
 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Asesinato en los Alpes 2.5 y el advenimiento de la medicina interna.

No fue sin razón el grito de la viuda. En el pequeño cuarto iluminado solamente por la luz del pasillo se encontraba un cuchillo ensangrentado: el arma homicida. Después del horrendo grito un silencio espectral hizo que el estómago de todos se hundiera y se formara una atmósfera tétrica, espantosa, como si antes nadie fuera consciente de que había ocurrido un asesinato en el chalet. El abogado tomó con su pañuelo el cuchillo, al mirarlo bien lo soltó de inmediato sin decir nada.
- "¿Y bien?" preguntó Niffeneger "¿qué información nos da semejante arma blanca?"
- "Nada" dijo el abogado con una voz fría.
El Dr. Schezer decidió tomar el cuchillo, lo hizo de una manera torpe y extraña, tomó el cuchillo como si estuviera sumamente familiarizado con él pero lo miró con un disgusto falso, una mirada que pedía exoneración. Lo colocó nuevamente en el suelo, su mano llena de sangre. Sin ser consciente de su entorno miró su mano ensangrentada, moviéndola lentamente para verla completa, como aquel pintor que observa la paleta de colores en la que se convirtió su mano tras pintar su opus magna. Después, un escalofrío recorrió su espina y su mirada se cruzó con la de todos, una mirada sutilmente acusadora, esa mirada con la que un jurado mira a un vulgar criminal. El Dr. Schezer emitió un sonido que podría reconocerse como una burlona risa a través de sus labios cerrados, nervioso y sudoroso como ya era costumbre esta noche. Se incorporó y juntó sus manos y con una voz que no correspondía a una atmósfera tan oscura sugirió: ¿Quién quiere pavo?...
 
 
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Esta entrega de Asesinato en os Alpes fue más corta de lo habitual, puesto que el tiempo se me vino encima este fin de semana, prometo que la próxima entrega, la cual escribiré con más tiempo y durante la semana será más larga y mejor. Esta semana ya reanudé mis actividades como esclavo, digo, médico interno de pregrado en cierto hospital y coincide que el gris inicio de noviembre es el cambio de servicio y seré ahora interno para el servicio de medicina interna, gran contraste comparado con el de cirugía general y también con el que comenzaré en enero: ginecología y obstetricia. Antes de que mis vacaciones terminaran tuve la oportunidad de ver la película Puente de espías una película que disfruté muchísimo. Una actuación digna del Óscar para Tom Hanks, un abogado estadounidense quien defiende a un espía ruso en un juicio y que después tendrá que sumergirse más allá de la cortina de hierro en la Alemania del Este en la época en la que el muro de Berlín comenzaba a construirse. La recomiendo mucho. Es hora de irme, hasta la próxima entrega, mientras tanto, disfruten, mis queridos lectores, de todos los beneficios de la vida. 

domingo, 25 de octubre de 2015

Asesinato en los Alpes 2

La horrorosa escena del cuerpo sin vida del Profesor Sollberger quedó impresa en la memoria de todos (al menos eso pensaron quienes eran inocentes). El Dr. Schezer se dio cuenta de que el charco de sangre que rodeaba al profesor se movía lentamente hacia la puerta donde estaban todos.
"Salgamos de aquí hasta que averigüemos qué hacer" dijo Schezer asustado.
"¡NO! exclamó Olga, la esposa del profesor. "Tenemos que descubrir quién lo asesinó" dijo rompiendo en llanto. Justo en el momento en el que el evento parecía haber sido procesado por su mente. Se desplomó en el suelo llorando e intentó acercarse al cadáver de su marido. La esposa del Dr. Schezer la alejó y la sentó en la cama para tranquilizarla "Si lo tocas la policía puede tener problemas para ayudarnos. La atmósfera era tensa. El Dr. y Dra. Niffeneger miraban escépticos a sus alrededores, con esa mirada de detective (o culpable que no quiere levantar sospechas). El abogado Hertenstein miraba con más detenimiento la escena del crimen. Sin decir nada se acercó al cadáver sin tocarlo, descubriendo que había pequeñas gotas de sangre separadas del gran charco. 
"Miren, las gotas nos pueden llevar al arma homicida" dijo con un tono un tano infantil, algo dramático, casi como radionovela. las siguió junto con los demás invitados. Cuando llegaron a otro lado del pasillo, salió Johannes el mayordomo, secando sus manos con un trapo.
"¡Ajá! ¡Aquí está nuestro asesino!" gritó Hertenstein con su mismo tono melodramático, al cual le tomaba cariño con cada frase. "¿Quién más puede ser, sino aquel que se ausentó por más tiempo? Aquel celoso del éxito de un gran profesor."
Johannes dibujó una sonrisa, esa clase de sonrisa que aparece en el rostro de aquellos que no quieren ser groseros pero que denota un "¿qué diablos pasa por la mente de este sujeto?"
"Johannes" preguntó el Dr. Schezer "¿Qué hacías todo este tiempo?"
"Me encontraba guardando los abrigos de todos, señor"
"¿Lo ven? Una lógica explicación" dijo Schezer con un tono poco convincente, un tanto nervioso dirían algunos.
"Pero, sus manos, ¿quién se lava las manos después de guardar abrigos, además, por qué no tienes tu saco?" Preguntó el Dr. Niffeneger, su voz llena de duda.
"Los abrigos estaban llenos de nieve, y el de la Señora Diana tenía lodo. Lavé mis manos con agua tibia e intenté quitar el lodo que encontró un camino del abrigo de la señora Diana al mío" dijo Johannes. "Puedo mostrarles mi saco mojado si lo desean. Señor, ¿a qué se debe todo esto?" preguntó Johannes.
"Acabamos de encontrar muerto al profesor Sollberger" dijo Schezer. Comenzaba a sudar.
"Un saco húmedo, no intentabas quitar lodo sino la sangre de tu crimen" dijo el abogado con su nuevo tono de voz favorito.
"La sangre no se quita de la ropa, señor" respondió Johannes.
"¡Un asesino lo sabría!" contestó el abogado. "Exijo ver el susodicho saco"
"Encantado señor, sólo permítame añadir que escuché voces un tanto agitadas mientras lavaba la solapa de mi saco. Escuché las voces de dos de las invitadas, desconozco cuales, puesto que estaban atenuadas por la distancia..." dijo Johannes
"Éramos Diana y yo mientras bajábamos" dijo la Dra. Niffeneger.
"Luego escuché azotarse una puerta" siguió Johannes
"Fui yo al regresar para dejar mi brazalete en mi habitación, no cerraba bien y temía perderlo" contestó Diana con una voz molesta
"Luego escuché al profesor Sollberger hablar agitadamente."
"¿Qué más?" preguntó la esposa del Dr. Schezer.
"Nada. Silencio. Pasó un minuto, quizás dos, cuando escuché abrirse una puerta y cerrarse con mucha delicadeza, el taconeo de una mujer, y el abrir y cerrar de otra puerta"
"¿El asesino es una mujer?" dijo el abogado con un tono excesivamente chillante.
"Yo no confío en el mozo" dijo el Dr. Niffeneger "Puede estar inventando todo".
"Pero él nos escuchó a mí y a Diana bajar" añadió la esposa del Dr. Schezer.
"¿De qué habitación escuchó que fue la última puerta en cerrar?" Preguntó la Dra. Niffeneger
"La del fondo, hace un sonido muy distintivo" respondió Johannes.
"Vamos para allá" dijo el abogado
"No creo que sirva de nada" dijo apresuradamente el Dr. Schezer, su cara brillaba con sudor.
"Ahí podría haber evidencia importante" refutó el Dr. Niffeneger "Estás sudando" añadió.
"¿Yo?" respondió Schezer con una voz temblorosa. "Es mi ropa interior... eh... ¡sí! es de lana... muy calurosa". La cara del Dr estaba roja y se sentía cómo irradiaba calor.
El abogado fue hacia la última puerta del pasillo, la que Johannes había mencionado y notó que había un poco de sangre en la manija y en el suelo. La abrió con cuidado, tocando la manija lo menos posible con un pañuelo. Al abrirla, la nueva viuda Sollberger emitió un horrible chillido de terror...
 
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La segunda entrega de Asesinato en los Alpes. Invito a mis estimados lectores me compartan su opinión. En la parte del arte del blog, tuve la oportunidad de ver la película "La cuerda Floja" una interesante película acerca de la vida de Philippe Petit, el primer y único hombre (creo) en cruzar las torres gemelas de Nueva York. Interesante, con encantadora música de Allan Silvestri. Se aproxima el final de mi periodo vacacional y no puedo decir más que extrañaré la dicha de dormir en mi propia cama todos los días. En fin, deseo a todos mis queridísimos lectores disfruten de todos los beneficios de la vida.
 

domingo, 18 de octubre de 2015

Asesinato en los Alpes

Era el turno de que el Dr. Scherzer fuera el anfitrión de la cena de Año Nuevo de la Sociedad de Intelectuales de Berna, pensó que sería una buena idea que el lugar de reunión fuera su Chalet en las alturas alpinas a las afueras de Berna. Mandó invitaciones a todos los miembros de la sociedad, para una cena (de gala) el 31 de diciembre de 1929.
La mañana de aquel viernes el sol se escondía tras grises nubes y una ventisca invernal cantaba el preludio de una gran tormenta, afortunadamente la tormenta parecía no haberse declarado aún cuando el reloj cucú encima de la chimenea cantó las 5 de la tarde. Con los preparativos casi listos, se dio orden al señor Zwiefelhoffer, el mayordomo de los Schezer, alistara todo para la llegada de los invitados. Comenzó a caer nieve, lo suficiente como para pintar de blanco el camino a la entrada del Chalet, pero no suficiente como para impedir el paso de los automóviles de los acaudalados intelectuales. La puntualidad en estas áreas de Europa es bien vista, por lo que, mientras los engranajes del ya famoso cucú comenzaban a moverse para que la casa supiera que las ocho de la noche comenzaban, 3 lujosos automóviles desfilaron en fila india, en su interior los primeros y arreglados miembros del exclusivo club. Bajaron el Abogado Hertenstein y su esposa, Diana, el Profesor Sollberger con su esposa Olga y finalmente el Dr. y Dra. Niffeneger. Ciertamente faltaban personas por llegar aún, pero con 8 personas se podía dar inicio a los cócteles de bienvenida. La nieve comenzó a caer de manera más intensa y el viento a soplar de una forma ominosa. Zwiefelhoffer (a quien llamaré por su primer nombre, Johannes, por practicidad) informó al Dr. Schezer y a su esposa que había recibido un mensaje por radio, el cual indicaba que el camino desde la base de la montaña al Chalet se había cerrado por la invernal tormenta, lo que significaba que ningún otro invitado llegaría a la cena. El Dr. Schezer se dirigió al pequeño grupo que los acompañaba para informar la situación. Diana, la esposa del abogado Hertenstein protestó amargamente que si el camino estaba cerrado no podría regresar a su casa durante la madrugada.
"Pero, querida Diana" dijo el Dr. Schezer "¿a caso creen que no preparé habitaciones para todos mis invitados? No permitiría que tras una larga noche de diversión y celebración por una nueva década tuvieran que regresar hasta la ciudad" Habiendo dicho esto, el Dr. Schezer invitó al pequeño grupo a las habitaciones del segundo piso, donde los esperaban batas para dormir, cortesía del fondo de la Sociedad de Intelectuales.
"Con o sin tormenta, yo esperaba que pasaran aquí la noche" les dijo amablemente. Llevó a cada pareja a su habitación para que las vieran y dejasen sus abrigos ahí para después pasar a una sesión de música al piano y al calor de la chimenea. Todos bajaron en breve al salón de música, excepto el Profesor Sollberger.
"¿Dónde está nuestro querido profesor?" preguntó el Dr. Niffenger.
"Lavando sus manos por quina vez, conocen su obsesión con los gérmenes." contestó la esposa del profesor.
Los minutos pasaron y no había ninguna señal de que el profesor bajara de su habitación. Su esposa subió para ver si todo estaba bien. Pasaron unos cuantos segundos y la atención de todos fue llamada ante el grito de horror de la esposa del profesor. Todos subieron las escaleras corriendo (con todo y sus trajes de gala), abrieron la puerta de la primera habitación y vieron horrorizados cómo yacía en el suelo el cuerpo sin vida del Profesor Sollberger...
 
En esta edición de mi blog dominical le quiero regalar a mi público la primer entrega de mi cuento corto (no tan corto) Asesinato en los Alpes, del cual iré añadiendo una parte cada una o dos semanas.
Por otra parte, disfruto de mis 10 días de vacaciones, y vaya que tengo que hacerlo, ya que serán mis últimos días de descanso hasta las últimas semanas de junio de 2016. En fin. El inicio de mis vacaciones se vio marcado por eventos adversos con los que no los distraeré, pero que menciono para que sepan por qué nació Asesinato en los Alpes. Son dichos eventos adversos lo que motivaron la creación del cuento.
Por otro lado, disfruté del musical Fame
en el teatro de un banco en un centro comercial de Santa Fe, con un elenco formado por jóvenes estudiantes de un instituto tecnológico de una ciudad muy al norte. Quedé impresionado ante el profesionalismo de la mayoría de los integrantes del elenco y la excelente forma en la que llevaron al escenario todo su trabajo. Desafortunadamente sólo ofrecioeron 4 funciones, la última el jueves pasado a las 8 de la noche. Extiendo una felicitación a todos los actores y demás involucrados.
Por último me gustaría añadir un comentario: "NO al abuso de la autoridad".
Me despido, hasta el próximo domingo, mis queridísimos lectores, les deseo disfruten de todos los beneficios de la vida.

domingo, 11 de octubre de 2015

La experiencia nunca envejece

Es un título muy cierto, además de ser la frase publicitaria para la película The Intern la cual tuve la oportunidad de ver el miércoles. Con las excelentes actuaciones de Robert de Niro y Anne Hathaway, la película narra la tierna historia de un ejecutivo retirado quien decide volver al mundo laboral con una pasantía para adultos de la tercera edad en una empresa de moda. La película tiene buena música, está muy iluminada siempre y tiene escenas en las que realmente me reí a carcajadas. Es una película que para un crítico de cine es muy "rosita" pero yo la disfruté muchísimo.
Recomiendo esta película para quien quiera pasar un buen rato. Relacionado a esto escuché en las noticias que ya se considera según algunos estudios en México que las personas mayores de 40 años son consideradas de la tercera edad con motivos laborales, pero también veo las ofertas de trabajo, entre 18 y 35 años con 30 años de experiencia... Algo no anda muy bien. En fin. Me despido tras haber escrito un breve blog esta semana, pero espero igual mis queridos lectores lo disfruten, les deseo todos los beneficios de la vida. Hasta la siguiente entrega.

lunes, 5 de octubre de 2015

Claro de Luna de Beethoven

Llegó tarde la entrega de este blog esta semana, no por ello ausente. Me gustaría escribir sobre la sonata número catorce de Beethoven, comúnmente conocida como "Claro de Luna" aunque el título que ambas sonatas Opus 27 tenían al momento de su edición era de "Sonata quassi una fantasía" es decir, sonata en la forma de una fantasía. El primer movimiento es de los trabajos más populares de Beethoven y, alrededor de esta magnífica música han surgido numerosos mitos como aquel en el que Beethoven compuso la sonata para una joven ciega, quien quería saber cómo era un claro de luna. Esto, por romántico que parezca y aunque guarda similitud con el mito de la "amada inmortal" de Beethoven, es falso. El título de claro de luna fue dado por Ludwig Rellstab, poeta y crítico musical alemán, quien dijo que el primer movimiento de la sonata era evocador de el claro de una luna llena brillando sobre las calmas aguas del Lago Lucerna. A partir de ahí comenzó a popularizarse este nombre de la sonata, en parte por la relación del primer movimiento con esta imagen y por otra parte para distinguirla de su hermana, la sonata No. 13.
El primer movimiento de la sonata es una forma sonata muy clara aunque muchos estudiosos la consideran una forma trunca. Luca Chiantore, gran estudioso de la vida y obra de Beethoven explica detalladamente las razones por las cuales es el primer movimiento de la "Claro de Luna" una de las formas sonata más estrictas y apegadas a la forma original, esto en su libro "Beethoven al piano" el cual recomiendo ampliamente. En este movimiento encontramos un ostinato, una figura de tres notas que se repite a lo largo de todo el movimiento, acompañado de una simple melodía en tono menor, romántica y evocadora. El segundo movimiento es juguetón y simple para quien lo escucha, pero basta un análisis superficial para conocer la complejidad armónica que guarda este movimiento. Finalmente el tercer movimiento, rápido y agresivo es menos conocido, no por ello menos digno de escucharse. Utilizando este último movimiento haré un comentario final para orientar una petición de uno de mis lectores: añado el tercer movimiento interpretado con numerosos pianistas, no con motivos de comparación, ya que tener ese pensamiento con respecto a la música raya en la vulgaridad, sino para conocer que alrededor de una misma idea, u obra en este caso, giran distintos sentimientos de cada persona, pero que al final logran cierta continuidad. Digo esto en ya que es muy común que la gente se compare con otras sobre trivialidades como calificaciones, imagen corporal o puestos de trabajo. Yo opino que jamás se deberá de sentir nadie inferior con respecto a otro, y nadie deberá de hacer sentir inferior a alguien más abusando de su autoridad o aparente posición más ventajosa. Es utópico, pero si logro que una persona se de cuenta de que compararse sólo trae infelicidad, ya iré con ganancias. En fin. Les dejo varias versiones de esta fantástica sonata además del tercer movimiento interpretado por varios pianistas de forma continua. Disfruten entonces, mis queridos lectores, de un blog que se gestó durante el fin de semana pero no vio la luz de la gran red mundial hasta el 5 de octubre. Les deseo disfruten de todos los beneficios de la vida. Hasta la próxima entrega.
 
Esta última versión vale mucho la pena, interpretada por una leyenda del piano, el gran Ignaz Paderewsky

domingo, 27 de septiembre de 2015

Saliendo de cirugía y "La Tempestad" de Beethoven

Hoy estoy de guardia nuevamente. Mi día comenzó con numerosos ingresos de ortopedia, una paciente muy poco cooperadora y otro paciente sumamente amable, contrastes inmediatos. Luego fue tiempo de entrar a cirugía, una hemorroidectomía en la que realicé un minúsculo trabajo con el separador, en un ambiente el cual no consideré óptuimo. Es entonces que me gustaría hacer el comentario importante del blog para el día de hoy. En cualquier tipo de ambiente tenemos la posibilidad de aprender. En este caso, mi aprendizaje no fue encaminado a la técnica de hemorroidecomía de Ferguson, sino aprender a cómo no ser como médico. No quisiera ser como este doctor que sólo trataba mal a toda persona a su alrededor. En fin, esta semana tuve pocas oportunidades de cultivar conocimientos no médicos, pero me volví a acercar a la música de Beethoven, siendo bien recibido, para mi sorpresa de mis ahora torpes dedos.
Comencé a tocar la Sonata para piano número 14 Op. 27 No. 2 en do sostenido menor "Quasi una Fantasia" mejor conocida como "Claro de Luna", sin embargo este fin de semana no hablaré acerca de esta sonata, prometo hacerlo con detenimiento en una entrega posterior. Encontré la sonata No. 17 Op. 31 No. 2 en re menor, "La Tempestad" título que Beethoven no dio a la obra, ni siquiera se le refirió así mientras Beethoven vivió. El título surgió ante las aseveraciones de Anton Schindler de que Beethoven basó su sonata tras atestiguar una interpretación de "La Tempestad" de William Shakespeare. La sonata en tres movimientos es sumamente apasionada, ofrece contrastes entre la calma y momentos de confusión y gran movimiento tormentoso. El tercer movimiento es el más conocido (según creo yo) pero vale la pena escucharla completa. Por esta razón, le adjunto a todos mis asiduos lectores varias versiones de esta sonata. Me despido por el momento ante la necesidad de cubrir un ingreso, deseándoles a todos mis lectores gocen de los grandes beneficios de la vida.
 
 
 
 
 
Disfruten ustedes

domingo, 20 de septiembre de 2015

Semana de película

Suena algo trillado, incluso suena como algo que aparecería en el séptimo canal de la televisión abierta en un fin de semana aburrido. Durante el internado es raro que tenga tiempo de ver más de una película por semana. Esta ocasión tuve la oportunidad de ver dos: "El Regalo" y "La princesa Kaguya". La primera la disfruté en las elegantes salas que hacen alusión al nombre de un precioso metal, que tiene asientos reclinables y espaciosos. Es una película del género thriller, del cual no soy muy entusiasta, sin embargo, disfruté del 95% de esta cinta. Me mantuve al filo del asiento al ver cómo un sujeto físicamente similar a mí (para mi disgusto) se embarca en una misión aparentemente sin sentido. Al tratarse de un thriller si cuento más arruinaré la película para quien no la ha visto. Me limitaré a decir que la fotografía y los juegos de la cámara son excelentes. La segunda película la disfruté en compañía del Maestro Marcelo Leal en la Cineteca Nacional. Una entrega de Studio Ghibli que me fascinó. Trata de la legendaria historia de la princesa Kaguya, la esposa de Buda quien llega a la Tierra desde la Luna encarnándose a partir de una vara de bambú. Nuevamente invito a mi querido lector a ver la película para conocer el resto de la historia. De esta película lo más hermoso es que todo es hecho con acuarela y con carboncillo, no por ello se sacrifica la finura del movimiento de todo cuanto aparece en la película. Cinco estrellas. Después caminatas por Coyoacán recordando mis años de estudiante de música consumieron la tarde, un adecuado término al primer fin de semana libre que disfruto desde que entré a mi rotación de cirugía.
A mi parecer hay más cosas por decir, pero no puedo encontrar la mejor manera de decirlo, por lo que le ruego me acompañe como siempre para mi próxima entrega, mi querido lector. Mientras tanto, disfruten todos mis lectores de los grandes beneficios de la vida.










domingo, 13 de septiembre de 2015

ORL vs OyT

La última semana fue una semana que no disfrute al cien por ciento. Las razones no importan sin embargo durante la guardia de ayer me di cuenta de lo mucho que me gusta la otorrinolaringología. Tuve la oportunidad de entrar a una reducción abierta de fractura nasal con rinoseptoplastia. La cirugía estuvo a cargo de una otorrinolaringóloga muy amable la cual me enseñó paso por paso lo que iba haciendo. Nunca había entrado antes a una rinoseptoplastia, me resultó muy interesante ver todos los pasos de la cirugía. La guardia no terminó ahí: entré con un ortopedista a la reducción de una fractura de tobillo. Pude entonces comparar las diferentes personalidades de médicos y ver diferentes tipos de cirugía. La otorrinolaringóloga fue muy amable y paciente, reía y estuvo siempre junto al paciente, incluso, para llamar la atención de las enfermeras cuand cometieron un error, fue muy educada y linda. En cambio el ortopedista gritaba, fue grosero, denigraba a las enfermeras y a mí como su ayudante. La elegancia de una rinoseptoplastia comparada con meter tornillos y exponerme a radiaciones me recordó que la otorrinolaringología es la ciencia para mí. Claro, ayudó a descartar Traumatología que el ortopedista fuera una persona bastante grosera.  Encontrándome de postguardia bastante cansado por la falta de sueño, no me queda más que terminar la entrada de este domingo de las más cortas de la historia deseándole un feliz año entrante a mis lectores judíos. Les deseo a todos mis lectores que disfruten de todos los beneficios de la vida.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Blog en domingo

Estoy de guardia, será la primera vez que escriba mi blog en domingo desde que entré al internado, según recuerdo. En fin. Esta semana logré retomar un poco mis visitas artísticas al cine, donde disfruté de la película Grace de Mónaco con Nicole Kidman, Tim Roth y Paz Vega, interpretando a Grace Kelly, Rainiero Grimaldi y María Callas respectivamente. Es una película con una fotografía muy buena y un trabajo de cámara que me encantó. Hay varias escenas con un juego de espejos muy interesante. Vemos a la actriz a través de un espejo reflejada en otro, por lo que con un movimiento mínimo de la cámara la volvemos a ver. Esto se repite en numerosas ocasiones, y ocasionalmente el reflejo del espejo nos revela a un personaje. Hermosos paisajes de Mónaco acompañan a la historia (bastante dramatizada) de Grace Kelly y su esposo, el príncipe de Mónaco durante un periodo muy importante para ambos: la posibilidad del regreso de Grace Kelly a la pantalla grande con un guion de Alfred Hitchcock y el peligro de la soberanía de Mónaco ante un esfuerzo de Francia por apoderarse del principado para pagar su esfuerzo bélico en Algeria.   Otro de los aspectos que más disfruté de la película fue la actuación de Paz Vega como María Callas, a mi juicio capturó la esencia de la diva griega, desde el maquillaje y el elegante movimiento acompañando a Aristóteles Onasis. En las dos fotografías de abajo aparece Paz Vega, más parecida  la diva en la del lado izquierdo. En conclusión Grace de Mónaco es una película que recomiendo aunque esté un tanto dramatizada.

Por otra parte, pude disfrutar de una rica comida en Don Toribio y aproveché para comprar cuerdas para guitarra, violoncelo y cañas de clarinete y saxofón. En el anaquel de la tienda de música observé el mismo oboe que sigue en venta desde que compré mi violín hace 11 años, más caro que antes y en peor estado, me encantaría rescatarlo pero no tengo la cantidad tan exorbitante de dinero que piden por él, salvo que mis lectores gusten hacer donaciones para rescatar a un oboe necesitado.
Después de esto visité la colonia Condesa brevemente, llevaba tiempo sin hacerlo y lo disfruté mucho, el clima templado, los centenares de perros y hombres barbados con cola de caballo acompañados de mujeres con lentes tan grandes como su cara. Disfruté de un refresco de toronja natural viendo perritos jugar en la fuente de Ámsterdam. Fue un fin de semana que me hacía falta, desconectarme un poco del mundo médico para volver a disfrutar del arte. Me despido deseándoles a ustedes, mis queridos lectores todos los beneficios de la vida.

domingo, 30 de agosto de 2015

Las guardias son para aprender: cierto o falso

Preguntando a médicos adscritos sobre su opinión acerca de las guardias durante el internado, se pueden encontrar opiniones muy distintas. Hay quienes dicen que las guardias son lo mejor que nos podría pasar en la vida y dicen que una guardia donde no se aprende algo es una guardia desperdiciada. Otros, en cambio, dicen que no sirven para nada, ni siquiera durante la especialidad. Y yo me pregunto cuál será la verdad. Hay otros que dicen que durante las guardias no se debe de dormir, incluso si no hay pendientes. Otros que al no haber pendientes se duerma. Mi experiencia con guardias no es mucha, puesto que sólo las he hecho en un servicio de urgencias y unas cuantas en cirugía. He aprendido, sí, pero al ver hacia atrás me doy cuenta de que no es el aprendizaje más efectivo. Cuando se cumplen 24 horas de no dormir creo que deja de haber aprendizaje. Después de ese punto (en ocasiones antes) se entra en piloto automático y los adscritos y residentes se convierten en la maestra de Charlie Brown (que sólo emiten ruidos incomprensibles). Quisiera saber de mis compañeros de profesión qué opinan al respecto. También me encuentro enfermo, mi adscrito se negaba a dejarme ir y, me pregunto, ¿cuál es la utilidad de tenerme acostado en la residencia en vez de en mi casa? No lo sé, fue curioso cuando él le mencionó a otro doctor "la luz está apagada porque hay un interno enfermo", fue como esa escena en Jurassic Park "la triceratops enferma". De cualquier manera, sólo quiero aclarar la razón de esta entrada de mi blog: conocer la opinión de mis colegas acerca de las guardias. Me despido con laringotraqueítis, deseándoles todos los beneficios de la vida.

domingo, 23 de agosto de 2015

La primavera de Beethoven

En tiempos de tanta lluvia es bueno tener algo que nos recuerde los días soleados, como hoy durante cierta parte del día. Yo tengo, para recordarme de ello en días nublados (no que me disgusten) la sonata para violín y piano número 5 Op. 24 en Fa Mayor de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Esta sonata es para mí la más bella de las sonatas para violín y piano de Beethoven, puesto que incorpora una ligereza en el violín que acaricia los sentidos. El primer movimiento, tiene una ligereza de escalas que se mueven rápidamente como la brisa primaveral o la cadenciosa caída de agua de un riachuelo. Para mí es cautivador, hermoso y sencillo, desde el primer "la" que da inicio a toda la sonata a el cadencioso rondó del 4° movimiento. Es algo de lo que quería hablar hoy, simplemente compartir a mis lectores esta bellísima obra y regalar un poco de luz de sol a la nublada tarde del 23 de agosto de 2015. Me despido no sin antes desearles a todos mis lectores disfruten de todos los beneficios de la vida.
 
 
 

domingo, 9 de agosto de 2015

Ciudades de papel y otros cuentos

Después de casi 2 meses sin visitar las salas de cine, vi "Paper Towns" una corta película para la cual ya estoy demasiado viejo. Incluso teniendo los 18 de los personajes de la película sería muy viejo para identificarme al 100%. De cualquier manera, es divertido escuchar a Cara Delevinge tener muchos problemas con el inglés americano como en "I need to borrow your cawr" para que no suene el británico "ca' ". En fin, una película para pasar el rato sí lo es. Siguen los cuentos de internado. Tantos electrocardiogramas he hecho que podría tejerme una gran colcha con el anaranjado papel milimétrico. Numerosos pacientes, desde alguien con un furúnculo hasta alguien con todo el ventrículo derecho infartado, pasando por impactaciones fecales, obstrucciones intestinales  y apéndices suficientes para llenar un garrafón de agua. Es cierto que en el internado se integra lo de toda la carrera, pero también es donde uno se enseña a ser médico. Es donde se aprende a tratar al paciente, donde los rasgos de la relación médico paciente, según lo veo, se definen. Está quien se enseña a ser en exceso servicial y correrá por una silla para el familiar del paciente antes de tomar una medida con un paciente con epistaxis. Aquel que hace reír a los pacientes, aquel que los pone incómodos, aquellos que los tratan con desprecio... de todo. Estoy aprendiendo de doctores que encuentro admirables, y de otros que sólo puedo describir como nefastos, aprendo a jamás ser así. De cualquier manera, como me dijo hoy mi cuñado "un 33% de este año estarás en ese hospital" (y otro 17% de camino a él o de vuelta), apenas queda tiempo para vivir y si tomamos en cuenta de que se supone que se duerme un tercio de la vida, menos. No me malentiendan, mis queridos lectores, no me quejo, sólo me he quedado impresionado de que el camino que he escogido es bastante empinado y espinoso.
Afortunadamente no estoy descalzo y tengo mis bastones para escalar, gracias al apoyo de mi familia, mi novia y mis amigos que han resistido el paso de los años. Sigo caminando y aprendiendo, y ya siendo el 9 de agosto, veo que se me está pasando rápido (no por ello sencillo) pero cada vez falta menos, y como dicen, del internado, lo mejor es que se acaba. Me despido, deseando que mis lectores alrededor del mundo gocen de todos los beneficios de la vida.

domingo, 2 de agosto de 2015

Una buena guardia

El domingo pasado no pude escribir mi entrada habitual del blog ya que me encontraba de guardia, una guardia bastante pesada, he de añadir, sin embargo, la que cubrí de ayer a hoy ha sido una de las mejores. Muchos creerían que se trató de una buena guardia por poder dormir de corrido porque hubo pocos pacientes. Fue una guardia con una buena cantidad de pacientes, pero de los cuales, además de aprender mucho, me llevé una muy buena experiencia. La primera experiencia linda fue recibir una tierna felicitación por parte de una señora, familiar de un paciente con un cuadro de laringotraqueítis y disfunción temporomandibular, que lo condicionaron como síntoma agregado a la clínica habitual, un poco de mareo. El segundo caso, del que me llevé una hermosa experiencia fue el de una joven con un ataque de ansiedad. Logré calmarla muy bien, sólo con platicar con ella (además de con la ayuda de una benzodiacepina). El caso es que logré realizar el denominado "Rapport" con esta paciente, al grado que se sintió lo suficientemente segura para irse a casa (con interconsulta a psiquiatría), pero sus familiares me agradecieron con sonrisas tan sinceras como pocas veces las he visto, y la paciente me abrazó y sonrió con una gratitud muy cálida. Fue en ese momento, que el insomnio y comer a las carreras valieron la pena. Ese tipo de momentos en los que nos damos cuenta de que nuestros pacientes depositan en nosotros toda su confianza nos motiva a seguir estudiando y haciendo lo que nos corresponde en el largo camino de la formación médica para siempre dar lo mejor de nosotros. Me despido rápidamente, para cubrir el turno de mañana en algún servicio de urgencias... no sin antes desearle a mis cada vez más lectores, todos los beneficios de la vida, a todos en México y mis lectores extranjeros desde Chile a Rusia.

domingo, 19 de julio de 2015

¿Médicos delincuentes?

En las últimas semanas hemos sido bombardeados con noticias de negligencia médica, exclusivamente del sector de salud pública, lo que me hace sospechar que es una forma de desencantar a la gente del gremio médico, para que ciertas reformas a la ley no parezcan tan malas. Escuché también de un supuesto experto, invitado en un mal programa de televisión que es frecuente que por el frío de los quirófanos las personas contraigan neumonía. Sin comentarios. En este corto blog sólo quiero recordar que la profesión de la medicina es una de las más complicadas de estudiar y ejercer. No pido justificaciones, pero tampoco somos criminales. Excepciones las habrá, no digo que no, médicos que se hayan perdido en el camino y su ética sea la misma de un criminal, pero no por un par somos todos encarnaciones del diablo con licencia para matar. En este haikú de blog (haciendo referencia a la longitud habitual de estas entradas) me despido deseándole a mis 12 lectores habituales, todos los beneficios de la vida.

domingo, 12 de julio de 2015

Ser mexicano

Disculpándome por mi ausencia de la semana pasada (cubrí la guardia más complicada hasta ahora) me gustaría hablar de lo que alguna vez comentó uno de mis mejores maestros de música: el Maestro Guillermo López Hinojosa alias "El Marino". En una de sus clases, hablaba de la música mexicana, diciendo que era de lo único que se podía enorgullecer el pueblo mexicano, para probarlo, le preguntó a algunas personas de la clase si se enorgullecían de ser mexicanos. Yo contesté que sí, y para mi sorpresa me dijo: "¿Realmente estás orgulloso de la basura en la calle, de la corrupción, de la ignorancia del pueblo, del crimen?". Teniendo sólo 16 años no pude hallar palabras para contestar. La siguiente clase nos comentó: "Fui muy duro con mi México, me encanta mi cultura y el país, pero la sociedad mexicana está enferma, la tierra mexicana se ha enfermado, somos un país con cáncer, un cáncer de políticos y de conformismo, de ignorancia y de círculos viciosos, por favor, sean ustedes quienes cambien eso a través de su arte." Conforme he avanzado en mi vida me he dado cuenta de que, tristemente, él tenía razón. El otro día, en un estrecho camino me encontré con un hombre que le gritó de cosas a mi madre, sin ninguna razón. Ella sólo se limitó a comentar que la gente ya está psicótica. Lo veo con los pacientes del hospital en donde trabajo. Al tratarse de un hospital privado, piensan que pueden tratar al personal como esclavos. Me limito a comentar un caso en el que una mujer llamó zorras a las enfermeras y rasguñó a un camillero, teniendo que ser sedada y atada a su cama. Las enfermeras lo tomaron con humor, me comentaron riendo alegremente: "No deben de venir a decirnos nuestras verdades". No quiero extenderme mucho en este tema, sólo quiero comentar que intentaré, a través del arte y la práctica médica, mejorar como ciudadano y ayudar a aquellos pacientes míos que lo necesiten, no sólo a través de la terapéutica, quirúrgica o farmacológica, sino a través de la educación.
Me despido deseándole a mis cada vez menos lectores, todos los beneficios de la vida.

domingo, 28 de junio de 2015

La pasión de la música

Mi primer semana de internado fue un balde de agua helada, situaciones que no se tienen contempladas, y pendientes por doquier, sin embargo, el fin de semana fue hermoso gracias a la música y la compañía de mi familia. La OFUNAM ofreció ayer un programa que me conmovió hasta las lágrimas, con música que no pensé que lo haría. El programa comenzó con la Chacona en mi menor de Dietrich Bextehude (1637-1707) con una bellísima orquestación de Carlos Chávez (1899-1978). Una Chacona es una pieza en ritmo lento de compás ternario, muy popular en el siglo XVII en las cortes europeas. Esta pieza con una evocadora cadencia rítmica y un contrapunto solemne, en manos de Carlos Chávez se convierte en una obra de arte elegante y magnífica que hace que las emociones quieran escapar por la piel, dando lugar a ese escalofrío tan maravilloso cuando la música es simplemente excelente. Los músicos se veían fenomenalmente felices de tocarlo. En segundo lugar, el celebérrimo Danzón No. 2 de Arturo Márquez, que en esta interpretación tan llena de energía de Jan Latham-Koenig fue la que me conmovió más, haciéndome recordar mis días de estudiante de música. El cadencioso ritmo y color musical de la obra me llevó a una experiencia fantástica que quedará grabada en mi memoria durante mucho tiempo. A continuación la brillante Suite de El sombrero de tres picos de Manuel de Falla, (1876-1946). El intermedio pasó y llegó un momento que estaba anticipando: Rhapsody in Blue de George Gershwin (1898-1937) interpretada por Jorge Federico Osorio, pianista al que admiro muchísimo. Lamento decir que fue un reverendo cochinero. Nunca había visto a un pianista tan fuera de forma en el escenario. Sus primeros errores fueron bastante claros, incluso para gente que no conoce la obra. Luego, se saltó varios compases, una sección entera. Su cara comenzaba a llenarse de color, se notaba sumamente nervioso. Tocó un fuerte acorde fuera de tiempo, sumamente evidente... Terrible. Se redimió con una bella Mazurka de Mauel M. Ponce, sublime. Me hizo pensar esa actuación en cómo cada quien es, sin quererlo especialista en algo. Jorge Federico Osorio es de los mejores pianistas para interpretar los conciertos de Beethoven, Schubert o Schumann, sin embargo, con una pieza tan libre y jazzística como rapsodia en azul, no se sentía cómodo y el resultado fue desastroso. Eso me hizo sentirme un poco mejor con la relación que tengo con Mozart, por ejemplo. Mis manos son más dotadas para interpretar a Beethoven, Chopin o Grieg, y Rachmaninov también me sonríe, pero Mozart y Bach me miran con desaprobación. Cabe mencionar que toco varias piezas de Bach pero no me siento tan cómodo como cuando interpreto Beethoven o algún compositor mexicano como Ponce o Castro. Pasa lo mismo con los médicos. Estaba escuchando el otro día de algún cirujano: "Yo puedo hacer una safenectomía, porque como parte de mi formación aprendí de cirugía vascular, pero lo haría mil veces mejor un cirujano vascular que yo, no porque sea mejor, sino porque él lo ha hecho más veces que yo. Pasará lo mismo con él, técnicamente puede hacer una funduplicatura, pero yo lo hago mejor porque he hecho cientos." Me pregunto si el camino a la especialización convierte en un poco inútil al especialista. Recordando a una maestra, genetista, nos comentaba que no recordaba la mayoría de las cosas que aprendió en la carrera, porque jamás las volvió a usar, pero ¿qué pasaría en el caso de que se necesitase de un médico en un avión?, por ejemplo, ¿podría ella ser de ayuda? En fin, tema para reflexionar en el tiempo libre. Volviendo a la OFUNAM, el programa siguió con la Conga del Fuego Nuevo de Arturo Márquez, breve y brillante. Adiós Nonino de Astor Piazzolla (1921-1992) siguió, para mi deleite. Finalizó el programa con el Huapango de José Pablo Moncayo (1912-1958), el segundo himno nacional.  Encores para dar y regalar con un poco más de de Falla y el Intermezzo a la ópera Atzimba de Ricardo Castro (1864-1907).
Pasando a otra forma de arte, vi una película francesa después de mi primera guardia llamada Hipócrates, la cual trata acerca de un médico interno (mucha coincidencia), que mata a un paciente accidentalmente al no reconocer un infarto en evolución durante su primera guardia. La película transcurre con el día a día de los médicos internos... y nada más. Podría decir más pero le quitaría a la película la poca emoción que tiene. Yo la disfruté, pero aquel fuera del gremio médico la encontrará tediosa.
Me despido, preparándome para mi tercer guardia de internado, deseándole, mi querido lector, disfrute de todos los beneficios de la vida.
Comparto el programa de la OFUNAM del día de ayer en versiones interesantes.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 21 de junio de 2015

Intensamente y recuerdos del ayer

 
Esta semana, siendo la última sin guardias, tuve la oportunidad de ver varias películas, como "Recuerdos del Ayer", de estudio Ghibli de 1991.
Tristemente fue una película que encontré un tanto aburrida. Si lograse verla a través de los ojos una joven japonesa que nació en la década de los 50's, habiendo vivido en el Japón sesentero, la hubiera disfrutado mucho, sin embargo siendo un mexicano noventero, quedé algo lejos de poder relacionarme. La película tiene escenas muy "locales", por llamarles de alguna forma, como los veinte minutos de la película que giran alrededor de la familia comprando una piña
y averiguando cómo cortarla, sólo para darse cuenta de que el fruto estaba verde y es duro y amargo. Esta película pertenece a ese género que acuñé tiempo atrás, el "cotidianísimo", en el que la trama de la película ni siquiera tiene drama, es sólo un día tras otro, en este caso en 1991 haciendo regresiones a 1966. Tiene muchas cosas rescatables, como el invitar a reflexionar acerca del camino de la vida y cómo cada decisión que se toma afecta a la vida, no forzosamente para mal o para bien, sino para que la vida continúe y encontremos nuevas oportunidades.
Otra película que disfruté, en el matiné, por supuesto para no rodearme de niños fue la de "Intensamente" de Disney Pixar. Soy un fiel fan de estas películas desde Toy Story de 1995. Otra razón que me lleva a las salas de cine para ver estas películas es la hermosa música, ya sea de Randy Newman o Michael Giacchino. La película es divertida y muestra de alguna forma el proceso de pensamiento, con cierto margen de error, pero de una manera sumamente creativa, además del obligado momento Disney del nudo en la garganta cuando uno ya es adulto.
La OFUNAM ofreció un concierto fuera de abono del que no fui espectador por no haber conseguido localidades a tiempo, en parte por el exorbitante precio. Carmina Burana de Carl Orff (1895-1982). Esta masiva e impresionante obra es la orquestación a modo de oratorio (obra orquestal para solistas vocales y coro) de textos profanos escritos por monjes de la edad media, tratando temas como la suerte y el amor.
 
Comparto una versión interesante, despidiéndome y deseando para mi querido lector el gozar de todos los beneficios de la vida.

domingo, 14 de junio de 2015

Se dice del internado...

Me encuentro a tan sólo un día de comenzar mi internado rotatorio de pregrado, una etapa por la que todo médico ha pasado. Una etapa llena de rumores y mitos oscuros, como que a la esclavitud se le cambió el nombre por internado de pregrado. Mil y una cosas se dicen sobre este año, desde que el dormir será el más grande de los privilegios, hasta que las funciones del interno incluirán ir al banco a pagar la colegiatura de los hijos de los médicos de base. Cierto misticismo envuelve a esta etapa, sin embargo, no me preocupo. No es que sea ingenuo, sino que tengo la disposición de trabajar arduamente durante este año y refinar mi práctica médica tanto como me sea posible.
En notas más agradables, viene la recomendación cinematográfica de la semana: Héctor y la búsqueda de la felicidad. Una película que la crítica más estricta rechazó en primera instancia, sin embargo, la disfruté mucho personalmente. En este filme un psiquiatra se encuentra atrapado en una pulcra rutina diaria, hasta que se da cuenta de que no hace nada tangible por la felicidad de sus pacientes, ninguno de ellos parce ser más feliz, sin importar cuántas sesiones tengan. Al darse cuenta de ello, también descubre que él mismo no es feliz, por lo que decide embarcarse en una aventura que lo lleva por varios rincones del mundo, preguntando a la gente que encuentra si son felices y la razón por la cual lo son. Una película que nos ofrece ideas sobre lo que significa ser verdaderamente feliz, con actuaciones interesantes de un elenco de renombre, el cual incluye a Christopher Plummer, que en su edad madura pareciese ser un Morgan Freeman con un poco menos de melanina.
 
También tuve la oportunidad de escuchar a la OFUNAM una penúltima vez antes de que la segunda temporada del año termine, dirigida por el maestro Eduardo Diazmuños (1953), quien dirigió el estreno mundial de su suite "Los inesperados caminos del espíritu" ante una masiva orquesta con una batuta blanca y gruesa, más similar a los palos de un papalote que a una batuta. La orquesta se mostró algo floja, sobre todo la sección de trompetas, al errar en todas las notas que se les encomendó en la parte final del primer movimiento de la obra de Diazmuños, sin embargo, la redención llegó con el Bacanal de Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns (1835-1921) y El Mar de Claude Debussy (1862-1918) además de una impecable interpretación a la trompeta de Rafael Ancheta del concierto para trompeta de Alexander Arutiunian (1920-2012).
Comparto una interpretación de Pierre Boulez de El mar de Debussy, con la Orquesta Filarmónica de Nueva York, despidiéndome hasta la siguiente semana, como siempre, deseando a mi querido lector disfrute de todos los beneficios de la vida.

domingo, 7 de junio de 2015

La intimidad de Mozart

Esta semana la OFUNAM ofreció un programa dedicado exclusivamente a Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), durante el cual fui testigo de lo que mi colega, el Maestro Marcelo Leal me comentó en alguna ocasión: "Mozart te desnuda en el escenario". Esta frase se refiere a que dada la perfección técnica que se debe de tener para la interpretación de obras de Mozart, cualquier mínimo error es patente, incluso para oídos no muy entrenados. Esto es a causa del estilo propio de Mozart, quien incluso dijo que su música era especial en el sentido en el que lo era también su nariz, tan "grande y aguileña, como ninguna en Viena". De los compositores "fundamentales" en la historia de la música, Mozart ocupa uno de los lugares más importantes, al igual que debe ocuparlo en el repertorio de todo músico. De estos músicos tan importantes, Mozart es con el que tengo una relación más distante. Su música, aunque pareciese simple y predecible es descarada si se aborda sin la cautela necesaria. Ayer, errores técnicos en la sección de cuerdas fueron patentes durante todas las obras: La serenata Posthorn  K 320, el concierto para violín número 5 K 219 y la monumental Cuadragésima sinfonía en sol menor K 550. A manos de Jorge Mester las obras fueron dirigidas a la perfección, capturando la esencia que Mozart pensó para cada una, sin embargo, la orquesta se quedó corta en algunas ocasiones, no al grado de decepcionarme, pero sí para levantar algunas cejas. Agrego aquí la oportunidad de escuchar una versión dirigida por el enérgico Nikolaus Harnoncourt, con instrumentos de la época y una interpretación lo más apegada a lo que Mozart pudo escuchar la noche del estreno del a obra. 



Ahora en esta interpretación el video ofrece una aproximación visual a la obra, una experiencia interesante. 


No tengo más que agregar, salvo un mensaje: "Busque, mi querido lector, el susurro de la brisa"


domingo, 31 de mayo de 2015

El espectáculo debe continuar

Semana de vacaciones, para relajarse. Tuve la oportunidad de ver la película Avant l'hiver, una película sumamente interesante acerca de un neurocirujano y la tentación de la infidelidad... aparentemente. La recomiendo ampliamente, la impresión que viene con un final inesperado puede deducirse durante la película si uno es observador. Por otro lado, en casa disfruté de la película Susurros del corazón que se convirtió en una de mis favoritas del famoso Studio Ghibli. La película sigue a una joven enamorada de los libros, quien se da cuenta de un patrón en las tarjetas de biblioteca de sus libros: todos los libros que ha leído han sido rentados por la misma persona justo antes que ella. En una película donde cada escena es una obra de arte por el detalle de cada dibujo, la música de la canción americana Country road nos acompaña en una hermosa historia de amor motivado por alcanzar la perfección artística. También muy recomendable. Finalmente, ayer en el concierto de la OFUNAM fui testigo por segunda ocasión de la famosa frase "El espectáculo debe continuar". Jorge Federico Osorio ofrecía su imponente interpretación del primer concierto para piano de Johannes Brahms, cuando, durante la cadenza del Adagio, las luces comenzaron a atenuarse. Primero, de forma casi imperceptible, aunque después la sala se llenó de oscuridad. El maestro, no dejó de tocar. Mi maestra María Teresa Rodríguez solía decir que el buen pianista puede tocar sin la necesidad de ver, y fuimos testigos de ello. En breve volvió la iluminación, pero la oscuridad total en una sala de semejantes dimensiones, convirtió al espectáculo fue fenomenal. No es la primera vez que Jorge Federico Osorio se toma en serio el que el espectáculo no se interrumpa. En 2009, me parece, asistí a un recital suyo en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Durante la marcha fúnebre de la segunda sonata de Chopin, un pequeño terremoto sacudió el recinto. Comenzó a caer un poco de polvo desde el techo hacia el piano. El maestro seguía tocando. Un fuerte movimiento del suelo alejó el piano de sus manos, momento en el que se puso de pie, permaneciendo en el escenario. Tras el incidente, se sentó al piano otra vez y repitió la marcha fúnebre. Sentir el suelo temblar, ver el escombro caer y escuchar la marcha fúnebre en una excelente interpretación hubiera sido una forma adecuada de morir, como me dijo un amable señor que estaba sentado junto a mí. Me despido deseándole, querido lector, disfrute de todos los beneficios de la vida.