domingo, 2 de agosto de 2015

Una buena guardia

El domingo pasado no pude escribir mi entrada habitual del blog ya que me encontraba de guardia, una guardia bastante pesada, he de añadir, sin embargo, la que cubrí de ayer a hoy ha sido una de las mejores. Muchos creerían que se trató de una buena guardia por poder dormir de corrido porque hubo pocos pacientes. Fue una guardia con una buena cantidad de pacientes, pero de los cuales, además de aprender mucho, me llevé una muy buena experiencia. La primera experiencia linda fue recibir una tierna felicitación por parte de una señora, familiar de un paciente con un cuadro de laringotraqueítis y disfunción temporomandibular, que lo condicionaron como síntoma agregado a la clínica habitual, un poco de mareo. El segundo caso, del que me llevé una hermosa experiencia fue el de una joven con un ataque de ansiedad. Logré calmarla muy bien, sólo con platicar con ella (además de con la ayuda de una benzodiacepina). El caso es que logré realizar el denominado "Rapport" con esta paciente, al grado que se sintió lo suficientemente segura para irse a casa (con interconsulta a psiquiatría), pero sus familiares me agradecieron con sonrisas tan sinceras como pocas veces las he visto, y la paciente me abrazó y sonrió con una gratitud muy cálida. Fue en ese momento, que el insomnio y comer a las carreras valieron la pena. Ese tipo de momentos en los que nos damos cuenta de que nuestros pacientes depositan en nosotros toda su confianza nos motiva a seguir estudiando y haciendo lo que nos corresponde en el largo camino de la formación médica para siempre dar lo mejor de nosotros. Me despido rápidamente, para cubrir el turno de mañana en algún servicio de urgencias... no sin antes desearle a mis cada vez más lectores, todos los beneficios de la vida, a todos en México y mis lectores extranjeros desde Chile a Rusia.

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