domingo, 12 de julio de 2015

Ser mexicano

Disculpándome por mi ausencia de la semana pasada (cubrí la guardia más complicada hasta ahora) me gustaría hablar de lo que alguna vez comentó uno de mis mejores maestros de música: el Maestro Guillermo López Hinojosa alias "El Marino". En una de sus clases, hablaba de la música mexicana, diciendo que era de lo único que se podía enorgullecer el pueblo mexicano, para probarlo, le preguntó a algunas personas de la clase si se enorgullecían de ser mexicanos. Yo contesté que sí, y para mi sorpresa me dijo: "¿Realmente estás orgulloso de la basura en la calle, de la corrupción, de la ignorancia del pueblo, del crimen?". Teniendo sólo 16 años no pude hallar palabras para contestar. La siguiente clase nos comentó: "Fui muy duro con mi México, me encanta mi cultura y el país, pero la sociedad mexicana está enferma, la tierra mexicana se ha enfermado, somos un país con cáncer, un cáncer de políticos y de conformismo, de ignorancia y de círculos viciosos, por favor, sean ustedes quienes cambien eso a través de su arte." Conforme he avanzado en mi vida me he dado cuenta de que, tristemente, él tenía razón. El otro día, en un estrecho camino me encontré con un hombre que le gritó de cosas a mi madre, sin ninguna razón. Ella sólo se limitó a comentar que la gente ya está psicótica. Lo veo con los pacientes del hospital en donde trabajo. Al tratarse de un hospital privado, piensan que pueden tratar al personal como esclavos. Me limito a comentar un caso en el que una mujer llamó zorras a las enfermeras y rasguñó a un camillero, teniendo que ser sedada y atada a su cama. Las enfermeras lo tomaron con humor, me comentaron riendo alegremente: "No deben de venir a decirnos nuestras verdades". No quiero extenderme mucho en este tema, sólo quiero comentar que intentaré, a través del arte y la práctica médica, mejorar como ciudadano y ayudar a aquellos pacientes míos que lo necesiten, no sólo a través de la terapéutica, quirúrgica o farmacológica, sino a través de la educación.
Me despido deseándole a mis cada vez menos lectores, todos los beneficios de la vida.

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