domingo, 6 de septiembre de 2015

Blog en domingo

Estoy de guardia, será la primera vez que escriba mi blog en domingo desde que entré al internado, según recuerdo. En fin. Esta semana logré retomar un poco mis visitas artísticas al cine, donde disfruté de la película Grace de Mónaco con Nicole Kidman, Tim Roth y Paz Vega, interpretando a Grace Kelly, Rainiero Grimaldi y María Callas respectivamente. Es una película con una fotografía muy buena y un trabajo de cámara que me encantó. Hay varias escenas con un juego de espejos muy interesante. Vemos a la actriz a través de un espejo reflejada en otro, por lo que con un movimiento mínimo de la cámara la volvemos a ver. Esto se repite en numerosas ocasiones, y ocasionalmente el reflejo del espejo nos revela a un personaje. Hermosos paisajes de Mónaco acompañan a la historia (bastante dramatizada) de Grace Kelly y su esposo, el príncipe de Mónaco durante un periodo muy importante para ambos: la posibilidad del regreso de Grace Kelly a la pantalla grande con un guion de Alfred Hitchcock y el peligro de la soberanía de Mónaco ante un esfuerzo de Francia por apoderarse del principado para pagar su esfuerzo bélico en Algeria.   Otro de los aspectos que más disfruté de la película fue la actuación de Paz Vega como María Callas, a mi juicio capturó la esencia de la diva griega, desde el maquillaje y el elegante movimiento acompañando a Aristóteles Onasis. En las dos fotografías de abajo aparece Paz Vega, más parecida  la diva en la del lado izquierdo. En conclusión Grace de Mónaco es una película que recomiendo aunque esté un tanto dramatizada.

Por otra parte, pude disfrutar de una rica comida en Don Toribio y aproveché para comprar cuerdas para guitarra, violoncelo y cañas de clarinete y saxofón. En el anaquel de la tienda de música observé el mismo oboe que sigue en venta desde que compré mi violín hace 11 años, más caro que antes y en peor estado, me encantaría rescatarlo pero no tengo la cantidad tan exorbitante de dinero que piden por él, salvo que mis lectores gusten hacer donaciones para rescatar a un oboe necesitado.
Después de esto visité la colonia Condesa brevemente, llevaba tiempo sin hacerlo y lo disfruté mucho, el clima templado, los centenares de perros y hombres barbados con cola de caballo acompañados de mujeres con lentes tan grandes como su cara. Disfruté de un refresco de toronja natural viendo perritos jugar en la fuente de Ámsterdam. Fue un fin de semana que me hacía falta, desconectarme un poco del mundo médico para volver a disfrutar del arte. Me despido deseándoles a ustedes, mis queridos lectores todos los beneficios de la vida.

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