domingo, 24 de mayo de 2015

Decorar el tiempo

"El arte es con lo que decoramos el espacio, la música, con lo que decoramos el tiempo"
Ayer la OFUNAM ofreció una excelente selección de música. Primero, el Adagio de Espartaco y Frigia del ballet Espartaco de Aram Khachaturian, compositor Armenio del siglo XX (1903-1978). La música de Khachaturian (pronunciado Jashaturián) ha cobrado nuevamente relevancia tras la conmemoración del centenario del genocidio armenio. La OFUNAM ofrece un tríptico/mural en donde se puede aprender más acerca de la historia de este pueblo. El ballet Espartaco trata de un personaje del mismo nombre, líder de esclavos que se rebela en contra de los romanos. El adagio hace referencia a la celebración de amor entre Espartaco y su amada tras escapar las garras de las fuerzas militares romanas, aunque, tristemente atrapados después. 
En segundo lugar, Música de Concierto de Camille Saint-Saëns (1835-1921) para corno y orquesta, seguido del Concertino para Fagot de Lars-Erik Larsson, (1908-1986) compositor sueco contemporáneo de Khachaturian. El programa terminó con la magnífica interpretación de la Sinfonía No. 3 en do menor de Camille Saint-Saëns, conocida como "Sinfonía Órgano" por la incorporación importante de este instrumento a los movimientos segundo y cuarto. Esta sinfonía tiene como dato anecdótico el haber sido utilizada en la película Babe (Chris Noonan, 1995) en una canción interpretada por tres ratones en pequeños interludios como introducción a nuevas partes de la película. 

Referente a la frase con la que comencé esta entrada, quisiera comentar que este fin de semana de la OFUNAM me recordó de la manera más sublime el gran poder de la música y su gran capacidad para conmover hasta las lágrimas o generar cualquier otro sentimiento en quien la escucha. El adagio de Espartaco es en mi opinión una de las piezas del repertorio musical más evocadoras y emocionalmente "potentes" por así decirlo. Hacia el final de la pieza con el poderoso tema sonando con toda la orquesta no se puede evitar sentir un escalofrío que recorre la espina y que pone de punta cada pelo del cuerpo. 


Por último me gustaría comentar que la esquina de ORFL dada mi pobre planeación será diferida temporalmente. Le dejo, querido lector, dos versiones diferentes del maravilloso adagio de Espartaco, una incorporando el genio al piano Boris Berezovsky y espero me acompañe la siguiente semana con más música y arte, y pizcas de medicina ocacional. Aquí valdría la pena añadir que existen más de 20 beneficios de la música respaldados médicamente, como disminuir el estrés y mejorar el sueño. Como siempre, le deseo disfrute de todos los beneficios de la vida. 

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