domingo, 1 de febrero de 2015

Fin de semana de arte


Aprovechando el fin de semana largo, me regalé un fin de semana de arte. El viernes visité el Zinco Jazz Club. El pequeño sótano de la calle de Motolinía resonó con la voz de Louise Phelan,
la cantante irlandesa, acompañada por el virtuoso pianista Alex Mercado. Con una hamburguesa de arrachera y un Martini Rossetto, disfruté la noche con los amigos junto con una experiencia jazzística formidable. Tal y como era anunciado, desde el más conocedor del jazz al que por primera vez explora el género, disfrutarán de la suave voz y excelente actitud escénica de Louise Phelan.

 
El sábado, la OFUNAM bajo la dirección de Jan Latham-Koenig y con VictorSych como solista a la Marimba, ofrecieron una actuación fenomenal. La perfecta acústica de la
sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, hace de los conciertos una experiencia vigorizante. El programa, muy bien escogido comenzaba con el Preludio la siesta de un fauno de Claude Debussy. Esta pieza es considerada la primer pieza impresionista de la historia. Escrita en 1894, con armonías desafiantes y escalas novedosas, fue el nacimiento del movimiento impresionista francés.
El programa continuó con el bello concierto para Marimba de Carlos Salomón, cuya música evocaba las raíces mesoamericanas de la música mexicana. El programa concluyó con la quinta sinfonía de Beethoven, quizás la más conocida de sus obras. Por la misma razón he de decir que muchas personas poco conocedoras de la etiqueta de las salas de conciertos asistieron a presenciar tan famosa obra. Ahora bien, en cuatro ocasiones, la fluidez de los movimientos del concierto para Marimba y la sinfonía se vio interrumpida por aplausos fuera de lugar. Lo comenté con un amigo, terminando en una filosófica discusión de la razón por la cual la etiqueta de la música "académica" (nombre que no me gusta tanto, pero lo prefiero al de "música clásica") no permite que se aplauda entre movimientos. La conclusión, no fue respecto a por qué se aplaude o no, sino que a fin de cuentas, conocedor o no conocedor, pagan boleto y ayudan a mantener a la orquesta. Lo decía Juan Arturo Brenan, este tipo de obras llenan las salas y las arcas de la sociedad filarmónica.

Finalmente, el día de hoy disfruté de la película "La teoría del todo", una cinta biográfica sobre el celebérrimo Stephen Hawking. Una fenomenal actuación nos regala Eddie Redmayne, no sólo con un increíble parecido físico a Hawking, sino con la personificación de la lucha de un hombre contra la esclerosis lateral amiotrófica.
Desde el punto de vista de la vida de familia de Stephen Hawking, se nos relata cómo él y su familia luchan por seguir adelante a pesar de su enfermedad. Se nos muestra de manera inspiradora la belleza de querer vivir ante todo, aunque existan barreras aparentemente infranqueables. Considero esta película una película de muy buen gusto, música excelente y actuaciones dignas del Óscar. Plausible también la fotografía, excelente manejo de la iluminación y de acercamientos finos que nos transmiten sentimientos fuertes durante toda la cinta. Altamente recomendable.

Me despido por cuarto domingo consecutivo y, mi querido lector, le deseo disfrute de todos los beneficios de la vida.

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