miércoles, 15 de marzo de 2017

Inaudito

El sábado pasado fui testigo de algo que jamás pensé atestiguaría. La OFUNAM se vistió de gala para recibir a dos músicos británicos e interpretar un programa 100% británico. La maestra Catherine Larsen-Maguire comenzó con una energética interpretación de la suite del ballet El perfecto tonto de Gustav Holst. Una interpretación digna de una ovación de pie. A continuación Nigel Shore ofreció su interpretación para el estreno en México del moderno concierto para oboe de James MacMillan. Nigel Shore mostró su virtuosismo con el oboe al lograr los cambios de dinámica tan exigentes que solicita MacMillan y con una expresividad imponente aún por encima de la dificultad técnica del concierto. Musicalmente considero al concierto denso y complejo, no por ello desagradable en lo más mínimo. Sin embargo, nuestra historia se complica justo en este hecho, la densidad del concierto. 
Cuando terminó, el público aplaudió de manera modesta puesto que era notorio que no se había comprendido la obra y que la destreza de Shore había pasado desapercibida por un público que venía a escuchar otra cosa. Sin embargo un individuo del público se levantó e hizo señas obscenas y gritó a Shore mensajes con un lenguaje soez. El público no percibió esto y siguió aplaudiendo y, como es costumbre del público mexicano, exigió un encore lejos de seguir aplaudiendo al maestro. Cuando Nigel Shore se aproximó por última vez al escenario, no para tocar un encore sino para dar una reverencia, el público guardó silencio y cuando se dieron cuenta de que no tocaría, aplaudieron de manera forzada y el aplauso había muerto antes de que Shore saliera de la sala. Esto demostró el mal gusto del público mexicano no conocedor pero no fue lo que desencadenó los hechos que a continuación relataré. 
Tras el intermedio los músicos se dispusieron en sus lugares para interpretar las Variaciones Enigma de Edward Elgar. Afinaron como es costumbre y el público guardó silencio, sin embargo la directora no apareció. Pasaron los minutos y algunos músicos se aproximaron a las salidas laterales del escenario para ver qué pasaba. Apareció la encargada de relaciones públicas y solicitó paciencia puesto que estaban experimentando "algunos problemas". 
El tiempo transcurría y una pequeña multitud principalmente compuesta por los "boleteros" de la sala se comenzó a formar alrededor del hombre que había gritado majaderías a Shore. Personas a mi lado comentaron que el hombre se encontraba fajo la influencia de copiosas cantidades de alcohol o alguna droga y que en la cafetería había arremetido contra una persona inexistente gritando que el público sólo aplaudió a semejante basura porque el solista era británico" (evidentemente he maquillado sus soeces aseveraciones). 
Era ahora evidente, la directora no saldría a interpretar a Elgar hasta que este individuo se retirara de la sala. Encontrándose en un estado mental tan alterado no tenía ni siquiera el poder de levantarse de su butaca, catalizado por su necedad. Tras cuarenta minutos de forcejeo fue retirado de la sala y la directora salió a ofrecer una espléndida interpretación de las variaciones enigma, con una fuerza sin igual. El público también se comportó especialmente bien, viendo que lo que Larsen-Maguire da, Larsen-Maguire lo quita. 
Habiendo sido testigo de semejante atrocidad disfruté mucho de las variaciones enigma y de una enriquecedora conversación con las personas sentadas a mi lado. 
Comparto las variaciones engima: primero la novena variación Nimrod que hace alusión al personaje del Génesis, luego en su forma completa dirigidas por el gran Leonard Bernstein y luego en su forma para arreglo de piano. Posteriormente abordaré las variaciones enigma a detalle. 
Los gráficos que acompañan al vídeo no tienen mucho que ver con la historia real de las variaciones Enigma





Disfruten de todos los beneficios de la vida.

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