domingo, 25 de enero de 2015

Boyhood

 
El día de ayer tuve la oportunidad de ver la película Boyhood, una película de casi tres horas, con poca música y un mensaje bastante profundo si se deja uno llevar por la película. Considero en primer lugar que es una película que el público estadounidense puede disfrutar más y lograr la relación que se quiere lograr con la película, cosa que puede resultar un poco más difícil con el público internacional. No deja de ser buena película al convertirse en lo que me gustaría llamar Verista, o como le llamo a veces con mis composiciones "cotidianísimo". En la película viajaremos durante 12 años al lado de Mason y su hermana mientras crecen frente a nuestros ojos, un proyecto que tomó los 12 años que relata la película. Parte del encanto es ver cómo un niño se convierte en adolecente y termina siendo un hombre independiente, mientras se nos muestran partes de su vida que permiten determinar por cómo su personalidad va siendo forjada. Yo diría que esta película nos muestra la gestación y el nacimiento de una personalidad. En la película vemos la tortuosa vida de una madre soltera que se ve obligada a dejar a dos esposos después del padre de sus hijos ante situaciones de maltrato y cómo todo ello repercute en la personalidad y el crecimiento de Mason y su hermana. Es una película larga que puede enlentecerse en algunos momentos, pero que tras pensarlo bien, no lleva nada de sobra, cada escena tiene un significado especial en lo que será el futuro de los personajes. Esta cinta, nominada a distintos premios ha sido de las favoritas de 2014, incluso de Barak Obama, por una chusca escena a la mitad de la película. Junto con El gran Hotel Budapest y Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia, forma una buena mancuerna de tres películas que llevaron el cine del arte a Hollywood. Me despido de mi querido lector deseándole goce de todos los beneficios de la vida.

domingo, 18 de enero de 2015

Museo de las culturas

La Victoria de Samotracia
 
El día de ayer visité el Museo de las Culturas, en la calle de Moneda en el Centro Histórico, a un lado de Palacio Nacional. Un pintoresco y pequeño museo de entrada libre, con salas de Egipto, Israel, Mesopotamia, Grecia y China. Piezas representativas de cada cultura llenan las salas, desafortunadamente, la mayoría son réplicas, algunas prácticamente indistinguibles de sus originales, sobretodo en la sala de China, pero otras verdaderamente parecen proyectos del jardín de niños, como un "fresco" de Babilonia, donde las caras de los personajes sonríen y tienen ojos dibujados al estilo de caricatura americana del siglo XX. De cualquier manera, el Museo de las Culturas cuenta con piezas originales, algunas propias, otras por préstamo, que, junto con todas sus réplicas, pueden educar mucho sobre el arte, religión y vida cotidiana de las culturas antiguas. En esta ocasión también se encontraba una exposición temporal de la Amazonia, con tocados y armas originales de las tribus de la zona. De desearlo, se puede visitar una ludoteca, surtida con libros, revistas, documentales en VHS y DVD, con acceso libre, tras un penoso registro que es solicitado por una grosera mujer, llamando la atención del visitante como si éste se tratase de un perro callejero. Fuera de eso es un museo lindo, interesante donde se puede pasar una hora para abrir el apetito y aprender acerca de las culturas antiguas.
Me despido, hasta el siguiente domingo, deseando a mis lectores que gocen de todos los beneficios de la vida.
 

domingo, 11 de enero de 2015

Efeméride

Mi primera entrada de este 11 de enero comenzará con una efeméride. El 11 de enero de 1875 nació Reinhold Glière, compositor ucraniano,
educado en la escuela neorromántica de la composición rusa. Uno de los trabajos más conocidos de Glière es su tercera sinfonía, opus 42, titulada Ilya Muromets.  El título pretende convertir en programática la sinfonía, es decir, que le informa al público que la música va encaminada a transmitir una idea concreta en cada una de sus partes. Y es en esta sinfonía que se intentan transmitir las aventuras del héroe de la mitología rusa Ilya Muromets.
Según la leyenda, Muromets nació sin la habilidad de caminar debido a una misteriosa enfermedad, de la que fue curado a los 33 años por dos peregrinos. Poco después, fue bendecido con poderes sobrehumanos por un caballero moribundo. Muromets no sólo inspiró a numerosos poetas a escribir poemas épicos sobre sus aventuras, o a pintores decididos a inmortalizar su figura, o a músicos como Reinhold Glière, también inspiró a ingenieros como Igor Sikorsky, quien diseñó un gran avión bombardero que se utilizó durante la Primera Guerra Mundial, el "Ilya Muromets" por sus grandes dimensiones, recordando la épica estatura que supuestamente Muromets alcanzó.
Me despido, deseándole a mis lectores que disfruten de todos los beneficios de la vida.